¿quienes somos?

¡Hola! Soy Antonio Santiago, de Pinto – Madrid (España) Técnico de Mezcla y Mastering y, como productor, músico y compositor, me he encontrado a lo largo de todos mis años de experiencia en el mundo de la música con cientos, miles de canciones a las que sólo les faltaba un pequeño empujón para sonar competitivas, ese toque que llevase esos temas a sonar como los artistas, los autores y los productores sentían que debían sonar.

En ocasiones es algún pequeño ajuste; otras veces es una gran cantidad de detalles técnicos, ediciones, automatizaciones, plugins y equipos analógicos puestos al servicio de ese trabajo, de esa canción o ese disco que un artista, una banda, un productor, un músico o un beatmaker que ha trabajado duramente, poniendo lo mejor de sí, buscando en la mezcla y la masterización esa mejora, ese punto extra que lleve a su música a sonar en la radio, en las plataformas de streaming, en CD, en vinilo, o en cualquiera de los muchos formatos en los que podemos disfrutar de la música con la seguridad de que, ahora sí, tenemos un producto totalmente terminado, competitivo, en los estándares de la industria, del género, para que obtengas al fin y al cabo, un resultado profesional DE VERDAD.

Como técnico de mezcla y especialista en mastering, quiero ayudarte, siempre al servicio de tus canciones, a dar ese paso extra, esa marcha más que marca la diferencia entre un sonido amateur y un sonido profesional, sin misterios, sin cuentos, sin la cadena mágica de plugins que alguien en YouTube puso de moda la semana pasada.

Cada canción es un mundo creado en la cabeza y en el corazón de una o de varias personas y que merece ser tratada como lo que es: una obra de arte única, no una pieza más en una cadena de montaje. Sea de un estilo mainstream, o sea de un estilo más experimental, de nada sirve el copy-paste, de nada sirven las fórmulas mágicas salidas de quién sabe dónde, hay que tratar la canción como esa canción necesita, procesarla en su justa medida para llevarla a ese punto dulce e inmejorable con el que ni soñabas cuando escribiste el primer verso, el primer acorde.